La SEP aunque, en realidad el Gobierno, cambió su estrategia con los de la CNTE. Antes, cuando venían a marchar y a molestar y a pintarrajear y a ensuciar y a estorbar salía el Sub-Secretario de Hacienda Luis Enrique Miranda, instalaba una “mesa de negociación”, les daba maletas llenas de dinero y los subía a los autobuses con aire acondicionado para que regresaran a sus Pueblos. Eran las épocas de la Sra. Chuayffet, quien lo único que quería era nadar de muertito en su alberca de Toluca y cobrar como aviadora.
Pero llegó el niño Nuño a quien le dijeron que podría estar en la grande y que tenía carta blanca para lucirse. Con éstas consignas e instrucciones, sacó el látigo y empezó a enfrentar a los líderes sindicales: “o se regresan a las clases o no hay mesa de diálogo”.
Pero resulta que la gata le salió respondona. Siguieron las marchas, las pintas, y ahora además los incendios de autos, camiones y edificios y las burlas y las amenazas.
Al niño Nuño se le subió el ph, consulto con los Pinos y tomó la decisión: arrestar al líder de la CNTE, su cuasi-tocayo, Núñez.
Pero como les pasa con los narcos, la CNTE no era su líder. Son legión y ahora las cosas se van a poner color de hormiga.
¿Qué se le ocurrirá en éste caso al niño Nuño y a sus jefes?
Sólo tienen de dos: doblarse o endurecerse. A ver de qué están hechos.
Por el bien de nuestros niños, no les queda de otra que endurecerse. No podemos permitir que la educación siga secuestrada en manos de estos hampones.
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