Evidentemente Nicolás Alvarado la regó hablando despectivamente del “Divo de Juárez”.
López Dóriga, por su parte quiso llevar agua a su molino haciendo leña del árbol caído ya que pensó que si 700,000 personas habían ido de rodillas a Bellas Artes, sería fácil aumentar su rating burlándose de Alvarado.
Pero pasó por alto que junto a Nicolás, él es un burdo aprendíz de reportero. La gata le salió respondona y lo puso en ridículo evidente.
López Dóriga no es nadie para señalar la paja en el ojo ajeno después del vergonzoso incidente en el que Asunción Aramburuzavala lo pilló queriendo extorsionarla con 10 millones de dólares con la ayuda de su esposa. Y tal vez éste capítulo todavía tenga continuación cuando menos se lo espere éste pilluelo.
Por su parte, Alvarado demostró que aunque la regó, cosa que reconoció, tiene el valor de dar la cara y tiene el talento, la agilidad mental, la cultura y la elocuencia de los que el supuesto teacher carece.
Mira Joaquín: tú sigue entrevistando a Peña Nieto y a todos aquellos a los que les sirves de tapete, de comparsa, de trapeador y de cómplice. Además, perro no come carne de perro y para ti Nicolás es un Doberman y tú, un Chihuahueño.
Suerte la próxima vez que quieras lucirte con alguien que te parezca débil.
Por cierto: ¿por qué defiendes a Juanga?
