sábado, 25 de junio de 2016

3 de 3. Un caso para la araña

¿A quién creen que engañan? Mi admiradísima Denise Dresser junto con Juan Pardinas y otros 600,000 ingenuos de ésos que todavía hacen cartas en diciembre y bajan el 6 de enero a revisar sus zapatos, creyeron que iban a poder convencer al cartel de los diputados y al de los senadores de andar desnudos por las calles exhibiendo sus miserables naturalezas.

¡Para nada! Lo que les gusta es ponerse sus trajes Hugo Boss y Ermenegildo Zegna, subirse a sus jaguares y a sus mercedes, irse a sus palacios veraniegos en California, Texas y Barcelona (ahora tan de moda).

Y todo lo anterior no se logra con lo que les pagan nominalmente cada quincena. Con eso apenas pagan el súper.

La verdadera billetiza viene de los contratos, de los moches, de las regalías por debajo de la mesa, de los portafolios, de los depósitos que les hacen en sus cuentas de Panamá, Bermudas, Nassau, Gran Caimán y demás paraísos diseñados especialmente para ellos.

Y luego llega ésta delicada Dama de origen suizo, tan agradable como inteligente pidiéndoles que nos cuenten ¿cuánto han robado, cuánto han dejado de declarar, quiénes forman sus redes de corrupción, con qué narcos están ligados, como se configura su organigrama plutocrático y la lista de los cuates con los que hacen chanchullos?. ¡Si, aja! Ahorita te lo cuentan.

¿Cómo quedarían ante los pocos amigos honrados que tengan, ante los amigos pobres y ante la historia?

No. Si para ingenuo no se estudia. Y los cínicos y sinvergüenzas lo seguirán siendo siempre.

Saludos a Don Manlio, a Don Emilio, a Don Cuauhtémoc, a Don Miguel, a Don Marcelo y a otros Dones del pasado, del presente y del futuro.

Lo bueno es que el Jefe de jefes ya se dio cuenta que en el proyecto de ley había una serie de estupideces que iban a lograr que los distinguidos diputados y senadores fueran el hazme-reír de todos. ¡!Fiu!!.

Y que se los veta. Que a tiempo.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario